Acabó el verano ya, la verdad es que ya me estaba cansando, menos mal que tenemos cuatro estaciones como cuatro esquinitas tiene tu cama... en definitiva me canso muy pronto yo de las estaciones, tenía muchisimas ganas de que llegara el otoño y no para ver el anuncio del corte inglés de turno sino para ponerme un abrigo y tomar un té con leche con los pies y las manos congeladas y estrenar ropa y miles de zapatos. Así que adiós verano, una de las cosas que voy a echar de menos son las vaciones y sobretodo nuestro viaje a París, hoy estoy nostálgica y me he acordado mucho de lo preciosa que es esa ciudad.
En París me enamoré de una tienda que parecía el interior de una caja de música, era super bonita, donde tenían a parte de indumentaria y zapatillas para hacer ballet unas bailarinas cómodas de verdad (no las de plástico de blanco) y los zapatos que me tiré yo buscando por las capitales, unos simples zapatos cómodos con cordones...
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